La oportunidad del As, y el movimiento del Caballo

Querida tribu evolutiva, sigo explorando la experiencia humana para descubrir quien realmente soy, en vez de insistirle a imagenes preconcebidas de lo que creí o me hicieron creer que debería ser… Y ha sido jodido, pero fabuloso y cada vez se vuelve menos jodido, más simple y exponencialmente más bello. El poder descubrirnos mientras vamos ascendiendo en espiral hacia nuestro verdadero yo, es arte y es de las cosas más satisfactorias que hay. Ven y te cuento un poquito sobre los disparos de la vida (los ases, en el tarot) y la oportunidad de mantenernos en movimiento (los caballos, en el tarot) que tienen en ellos cifrados el secreto para obtener resultados de cualquier proceso en esta vida.

Los Ases son ese gatillo del nuevo inicio. Son esa oportunidad que sale del cielo (de ahí que la mano en cada una de estas cartas, salga de una nube) y los Caballos ya nos dicen que el movimiento debe ser un hecho para que ese disparo tenga efecto en la vida. No es suficiente el arranque, se debe continuar el movimiento…

Empecemos por el elemento fuego: la pasión del disparo fundamental del As de Bastos y la pasión por el movimiento como tal, del Caballo de Bastos. Cuando conectamos con nuestra pasión, no podemos «no hacer nada», porque la pasión es como una chispa capaz de iniciar un incendio. La sangre es roja, cálida como el fuego, y nos recordará que mientras estemos vivos todo deberá pasar por el corazón. El corazón es el indicador del camino. Si vamos por la vida a punta de corazonadas, será imposible apagarnos: incluso, puede que no sepamos con certeza cual es nuestra «pasión», pero sí sabemos qué nos empuja a movernos y nunca será mala idea seguir eso que se reconoce por la alegría que nos da. El frío del olvido de quienes somos no nos alcanzará en vida, y si lo hace, será para reencontrarnos después y recordarnos el poder de reactivación que subyace tras la voluntad de vivir y no morir, lo que todo organismo biologico busca por naturaleza.

El hecho de que nos apaguemos, tiene que ver con el olvido de la pasión: re-cordar, viene del latin re-cordi, «volver a pasar por el corazón». Cuando olvidamos que la vida nos quiere vivos y cálidos, cuando olvidamos movernos o hacer lo que nos apasiona… Nos apagamos. La sístole y diástole de nuestro corazón produce la chispa de la llama que tiene la antorcha que nos guiará por nuestro camino único del alma, que se hace al caminar. Esto tiene todo que ver con una insistente runa vikinga que me salió una y otra vez esta semana, Kenaz, de la que he venido hablando en entradas anteriores.

Mi pasión es el arte, que ahora se unió irreversiblemente a la espiritualidad alternativa. A estas alturas de mi práctica, considero que así como decía Joseph Beuys (un relevante artista alemán de la pos-guerra), todo ser humano es un artista en la escultura social, pero lo veo aún más cercano: todo ser humano es primariamente artista de su propia vida, artifice de su camino único del alma.

Hoy por hoy me dedico a la consultoria espiritual con tarot, pero no siempre fue así. Con la pandemia, mi vida dio un giro que me trajo hasta acá. De estar enfocada en crear obra, pasé a enseñar tarot por internet ante la emergencia de la situación y terminé quedándome en ello. De formación universitaria, soy artista plástica con maestría en Arte y Ciencia del Vidrio y hasta el 2020, estaba dedicada a hacer objetos de arte para su circulación en medios especializados como galerías y museos, usando vidrio y por lo general mezclándolo con pintura y otras técnicas.

Una obra mía del inicio del 2020, de las últimas antes de la pandemia.

Nunca dejé de hacer arte por dedicarme al tarot. Pero sí, cerré el taller de vidrio y el arte en físico se vió afectado en su formato, volviéndose o digital o si no, mucho más pequeño, habitando libretas y con la clara intención de ser una herramienta de gestión emocional. Sin embargo esta semana trajo algo maravilloso: ¡Estoy celebrando que vendí obra de la que tenía guardada de épocas pasadas para las paredes de una casa hermosa y que gracias a ello podré auto-editarme la tercera edición del mazo! Son MUY buenas noticias.

Que el corazón encienda la antorcha del movimiento

Ningún trabajo hecho con pasión e insistencia es en vano, definitivamente. Mi primera runa de la semana, fue Jera. Esta runa vikinga habla de recoger lo que se siembra, representa la cocecha y el reconocimiento de todo lo que el hecho de cocechar tuvo por detrás (desde el arado de la tierra, el cuidado de la semilla y su crecimiento en el tiempo hasta la recolecta del fruto). Es la runa de «recoger lo que se siembra». Es interesante, porque después de ella, vino Kenaz nuevamente, la runa de la antorcha de la pasión y creatividad, que disipa miedos y nos invita a seguir adelante, iluminando un sendero único que se hace al avanzar. Tiwaz, la runa de seguir la lucha y el camino que nos dicta el corazón, la runa del guerrero, del valor, la inteligencia, la destreza y el honor de ser quienes realmente estamos llamados a ser, fue la que le siguió. Todo artista debe seguir su pasión, así no venda constantemente su obra, así tenga que dedicarse a otras cosas en las dinámicas propias «de la matrix».

«Si la oportunidad no llama, tu construyes la puerta» pero también hay que ser capaces de entender que solo construímos las puertas que nuestra alma necesita, porque las que son capricho del ego, no valen la pena. Tiwaz, la runa del guerrero, al salir invertida, habla del ego que muchas veces se atraviesa y nos distrae, haciendo que insistamos en algo que no vibra con nosotros solo por el hecho de haber ya avanzado en ello, por ejemplo. Me alegra que me haya salido al derecho, porque efectivamente, fue todo un proceso de doma del ego el decidir dejar totalmente atrás el camino del artista que me vendieron en la Universidad y en la sociedad.

Lo más importante es encontrar nuestra voz y hacerlo necesariamente es un proceso de experimentación, y todo proceso de experimentación tiene algo en común: la osadía de atreverse aún cuando no se sabe nada (El Loco en arcanos mayores del tarot y en la corte, los Sotas), empezar (As) y mantenerse en movimiento (Caballos), hasta llegar a la madurez (Reinas/Reyes). Volvamos a los Ases y a los Caballos: Habíamos hablado de la chispa del As de Bastos que va a trasladarse al fuego inciendiario del Caballo de Bastos, una fuerza yang, masculina, activa. Hablemos de su correspondiente ying, femenino y reflexivo: el As de Copas y el Caballo de Copas. Cuando el As de Copas o el Caballo de Copas sale en una lectura de tarot, hablamos de oportunidades de índole emocional: sea un nuevo inicio que te permitirá conectar más con tu mundo emocional (con el As), sea la puesta en movimiento de lo emocional mismo (el Caballo). Otra de mis runas de la semana, fue Gebo, la runa de los regalos. ¿Qué mejor regalo que la capacidad de emocionarse y sentir que realmente lo que nos mueve es lo correcto? Emuná: la palabra en hebreo que nos dice que podemos confiar sin saber todas las respuestas, esa que traduce «confianza» al mismo tiempo que «fé» me hace mucho sentido hoy por hoy. Porque nada nos detiene si la vida nos mueve.

¿Qué nos da un Caballo de Copas si no una oportunidad que nos permite sentir nuevamente vivos? ¿Qué mejor inicio que aquel que nos toca fibras sensibles? Muchas personas interpretan estas cartas como «amor», y aunque sea correcto, se puede ver en un sentido ampliado, como las posibilidades de conectar con las emociones y ponernos en movimiento desde esos sentires. Estas cartas, al ser del elemento agua, tienen mucho que enseñarnos a un nivel reflexivo y no necesariamente tan activo como las de fuego. Como he dicho en diversas ocasiones, las emociones son información (la información es neutral y pasiva) y lo que hacemos con ella es lo que puede llegar a ser bueno o malo (la acción es activa y tiene consecuencias). Durante esta semana, hice una charla hablando de como las emociones suelen «alimentar» el dialogo interno (y vice versa). Todo lo que es comunicación, pensamiento y transmisión activa de palabras se relaciona con las Espadas en el tarot, el siguiente elemento yang, activo. Por lo tanto, lo primero que va a poner en «movimiento» nuestro mundo emocional, será nuestro dialogo interno, pues está intimamente relacionado el lenguaje y la emoción. Sin lenguaje, no hay marco conceptual para las sensaciones que se arman como «emociones» en nosotros. La narrativa que nos construímos internamente, nos «empuja» a la acción y a la lucha, o nos detiene.

El Caballo de Espadas es el más rápido del tarot. No hay nada más alentador que un discurso de guerra, que nos recuerda porqué y para qué luchamos. Y a veces, caso ese discurso interno no exista, es mejor hacer primero y pensar después. Si realmente la fortuna le sonrie a los osados, es «mejor pedir perdón que pedir permiso» y lanzarnos de buena vez. De hecho, si no lo hacemos, nuestra mente sí: y la ansiedad viene, porque la acción y el pensamiento no están sincronizados. Puede que vaya más rápido la mente que la vida, y eso es un problema que por lo general se ve con un Caballo de Espadas mal aspectado o invertido cuando estamos en una lectura de cartas. Si nos lanzamos a la acción, lo natural es obtener resultados. Para eso, el movimiento debe ser constante y los recursos bien utilizados: esa fuerza yang de las Espadas, nuevamente necesita su ying, Oros.

La verdad es que sin constancia no se logran buenos resultados en la vida. Llegamos en nuestro recorrido por el movimiento al más estable de todos: el del hábito. Pequeñas acciones, repetidas constantemente, dan buenos resultados a mediano y largo plazo. Si el Caballo de Bastos es el apasionado del tarot, el Caballo de Copas el que se convence de que le hace bien ese movimiento y el de Espadas el que se lanza porque cree en su lucha, este es el que se da cuenta que hay que seguir haciéndolo una y otra vez, de manera sostenida en el tiempo, para que se vean resultados. Por eso, aunque sea un desafio para mi escribir todas las semanas en este espacio, lo seguiré haciendo. Recuerda: la disciplina llega donde el entusiasmo no alcanza. El trabajo duro y constante no necesita más que un 1% de inspiración, que tiene todo que ver con mantenerse a la escucha del corazón, poner en movimiento las emociones hacia la acción con un diálogo interno que nos motive, y luchar por la materialización de una realidad conectada con nuestro espíritu creador, todos los días un poquito, siendo constantes y ajustando nuestros hábitos para que realmente el proceso de exploración de quienes somos, dé resultados y podamos levantarnos con ganas de un nuevo día y acostarnos agradecidos por habernos movido todo el día de adentro hacía afuera, como un guerrero que no se deja aplastar por el frío de las circunstancias dificiles porque la llama de su corazón calienta lo suficiente como para jamás morir en vida, no importa qué.

Feliz domingo.

La mejor energía,

Vale Montaña

1 comentario en “La oportunidad del As, y el movimiento del Caballo”

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